Seleccionar página

¿ Cómo puedes tomar conciencia de tus patrones alimentarios?

Utiliza este ejercicio de alimentación consciente para explorar compasivamente tus hábitos alimenticios actuales y lo que te funciona o no.

¿Alguna vez has sentido que alimentarte bien no es algo totalmente natural y consistente para ti?

Tal vez notes que siempre tienes hambre o que tienes fuertes antojos.
O tal vez sabes que no puedes dejar de picar por la tarde.
O que se siente cansado y perezoso todo el día.

Pero, lo que parece que no puedes averiguar es cómo determinar exactamente qué es lo que realmente está causando estos sentimientos y comportamientos.

Cuando no tienes claro qué es exactamente lo que está causando tu bloqueo o desafío, no eres capaz de explorar posibles soluciones y mejores acciones para apoyarte.

El primer paso cuando notas que tienes problemas con tus hábitos alimenticios o quieres mejorarlos de alguna manera es practicar este ejercicio de alimentación consciente que te ayudará a desarrollar más conciencia en torno a tus comportamientos alimenticios para que tengas más claridad sobre el tipo de apoyo que necesitas.

Estas percepciones pueden ayudarte a descubrir dónde puedes necesitar más prácticas de apoyo o qué es lo que funciona realmente bien y puedes ampliarlo, para que puedas sentirte totalmente seguro de lo que es mejor para ti.

 

 

CÓMO TE APOYARÁ ESTE EJERCICIO

Puede que te preguntes, ¿qué es exactamente lo que me ayudará a hacer este ejercicio?

En ese momento, Pedro era un estudiante de derecho muy ocupado, que estudiaba para los exámenes, y que equilibraba el trabajo a tiempo parcial, las prácticas y el tiempo libre.

Después de hacer este ejercicio, se dio cuenta de que una cosa que realmente estaba impactando en su día era que apenas comía debido al estrés y a estar tan concentrada mientras estudiaba.

Cuando iba a la biblioteca, no llevaba comida a menos que fuera una barrita de proteínas rápida y se dio cuenta de que pasaba horas sin comer.

Cuando llegaba a casa por la noche, se sentía incómodamente hambrienta y eso la llevaba a comer en exceso y a tener más antojos de alimentos menos nutritivos.

A partir de estos conocimientos, fue capaz de utilizar las herramientas y prácticas que le enseñamos para abordar con compasión los patrones de alimentación que no la apoyaban y crear los hábitos de alimentación consciente adecuados a sus necesidades.

Tomar conciencia de tus comportamientos alimentarios es muy importante para descubrir las mejores acciones, prácticas, herramientas y apoyo que necesitas para encarnar lo que te gustaría experimentar con la comida.

 

cómo

 

 

 

Cómo usar este ejercicio de alimentación

Este es un ejercicio de lo que yo llamo «curiosidad compasiva».

Está diseñado para ayudarte a sentir curiosidad sobre el por qué de algo, sin dejar de ser compasivo y sin juzgarte a ti mismo.

Lo más importante que debes tener en cuenta mientras realizas este ejercicio es practicar el no juicio.

No hay nada «bueno» o «malo», ni «correcto» o «incorrecto».

El propósito es simplemente tomar conciencia de tus hábitos actuales para que puedas apoyarte mejor, sin necesidad de avergonzarte, culparte o autocondenarte.

1. ¿Por qué has comido?
La primera pregunta que hay que explorar es ¿por qué has comido?

Muchas veces, comemos porque tenemos hambre y podemos sentir el hambre física en nuestro cuerpo.

Al mismo tiempo, a menudo comemos por otras razones porque hay muchos factores diferentes que influyen en nuestra elección de alimentos.

Por ejemplo, puedes comer porque estás estresado o aburrido. También puedes comer si estás en una situación social centrada en la comida. O puede ser porque ves algo en tu entorno (como un tentempié en la encimera) que te impulsa a buscar esa comida, aunque no tengas hambre físicamente.

Hay muchas razones diferentes para que comas, y ninguna de ellas es correcta o incorrecta. Sí, queremos que nuestra hambre física guíe nuestras elecciones, pero lo más importante es que estés haciendo una elección intencionada.

Si acabas de cenar pero te apetece un postre porque estás celebrando el cumpleaños de alguien, puede que no tengas hambre física. Eso no significa que no debas comer el pastel, pero estás haciendo una elección intencional de comer el pastel porque estás celebrando en lugar de elegir involuntariamente comer el pastel cuando realmente no lo quieres.

2. ¿Qué has comido?
La siguiente pregunta para reflexionar es lo que comió.

Ahora bien, no se trata de hacer un seguimiento de las calorías o de medir el tamaño de las porciones específicas.

Lo que se busca es simplemente tomar conciencia de los tipos de alimentos que comiste para ver si fuiste capaz de obtener la nutrición que necesitas.

Esto también mostrará si fuiste capaz de practicar el equilibrio a lo largo de tu día, destacando si también tuviste alimentos que disfrutaste, incluso si no son densos en nutrientes.

El objetivo no es comer limpiamente, sino encontrar un equilibrio.

3. ¿Por qué has elegido comer lo que has hecho?
A continuación, pregúntese por qué eligió los alimentos que eligió.

¿Hiciste esas elecciones porque necesitabas alimentarte? ¿O porque realmente las disfrutas? ¿Te ha influido de alguna manera alguna regla de la dieta que has probado?

Aquí tienes un par de ejemplos:

Puede que te des cuenta de que estabas haciendo la comida y querías algo nutritivo para sentirte con energía durante toda la tarde y hasta la noche.

Así que elegiste hacer un tazón nutritivo con muchas verduras, quinoa, tofu, vegetales y tu aderezo favorito.

Tal vez comiste una comida congelada para la cena porque estabas agotado del día y no tenías ganas de cocinar

O tal vez tenías muchas ganas de cenar pasta, pero decidiste no hacerlo porque habías oído que no debías comer carbohidratos por la noche.

Todo esto sonará diferente en cada comida, así que explora lo que realmente ha guiado tus elecciones alimentarias y fíjate en lo que te está influyendo.

Podrían ser viejas reglas alimentarias de las dietas, podría ser tu estado de ánimo o tu nivel de energía, podría ser la falta de tiempo o la falta de inspiración sobre qué hacer. Fíjate en lo que surge para ti.

 

 

4. ¿Cómo te has sentido?

A continuación, reflexiona sobre cómo te has sentido después de comer.

Observa las sensaciones físicas de tu cuerpo.

¿Se sintió satisfecho o tuvo hambre una hora después?
¿Comió demasiado y se sintió incómodamente lleno?
¿Algo de lo que has comido te ha sentado mal al estómago o te ha hecho sentir con poca energía?
¿Disfrutó de lo que comió?
¿Te has sentido culpable después de comer lo que has hecho?
Empezar a notar lo que le sienta realmente bien a tu cuerpo único y lo que no te sienta bien, te permitirá sentirte más seguro a la hora de tomar decisiones para ti.

5. ¿Cuándo comiste?
El siguiente aspecto sobre el que reflexionar durante este ejercicio de alimentación consciente es cuándo comiste.

Observar los diferentes momentos del día en los que comes puede ayudarte a descubrir patrones, como el grado de saciedad de una comida o si siempre tienes hambre a una hora determinada del día, o si eres más propenso a comer por aburrimiento o estrés (u otros factores) durante un momento concreto del día.

6. ¿Dónde comiste?
El lugar donde comiste es otro factor importante que debes explorar.

Aunque la vida no es siempre perfecta y habrá momentos en los que simplemente no puedas sentarte a comer en la mesa, fijarte en dónde comes más a menudo y cómo repercute en tus elecciones te dará algunas ideas sobre tus hábitos.

7. ¿Cómo has comido?
Y por último, ¿qué adjetivos utilizarías para describir cómo comiste en esa comida?

¿Fue lento y consciente? ¿Apurado? ¿Distraído?

Una vez más, nada es perfecto y no siempre es posible estar en una mentalidad totalmente lenta y presente mientras comes, sin embargo, si notas que estás comiendo de una manera que no se siente plenamente presente la mayoría de las veces, puedes empezar a explorar maneras de añadir un poco más de atención plena para que puedas experimentar tu comida.

 

 

SOBRE QUÉ REFLEXIONAR DESPUÉS DEL EJERCICIO DE ALIMENTACIÓN

 

cómo

 

Cuando hayas probado este ejercicio de alimentación consciente durante unos días, revisa tu diario y empieza a buscar patrones.

Quizá notes que desayunas a las 9 de la mañana, pero a las 10 sueles volver a tener hambre.

Eso es una señal de que tal vez necesites un desayuno más completo.

O tal vez notes que siempre que estás cerca de los dulces, te sientes fuera de control y tiendes a abusar de ellos.

Eso es probablemente una señal de que has sido demasiado restrictivo y puede que necesites practicar más el equilibrio.

Descubrir los patrones de tu comportamiento alimentario es el primer paso, pero se necesita tiempo, paciencia, orientación y apoyo para saber exactamente cómo abordar estos patrones y crear nuevos hábitos alimentarios más favorables.

Para eso estamos nosotros.

Cuando estés listo para encarnar el equilibrio y la consistencia con tus patrones de alimentación, no olvides todos los consejos que te hemos dado y afronta tu camino con determinación y alegría.